Resumen
Actualmente, a altitudes por encima de los 3.000 a 3.500 m, la vegetación de los Andes centrales está dominada por zonas agrícolas, pastizales y zonas arbustivas. Los
árboles son escasos y están mayormente representados por especies introducidas de los géneros Eucalyptus y Pinus. Los bosques naturales son escasos y están comúnmente restringidos a localidades especiales, como laderas rocosas o quebradas. Estos relictos de bosque son dominados por especies del género Polylepis, aunque en la mayoría de estos bosques están presentes otras especies leñosas como Buddleja, Clethra, Gynoxys, Podocarpus o Prumnopitys. Estos bosques representan uno de los ecosistemas más amenazados del mundo, pero al mismo tiempo cumplen un rol central en la ecología altoandina, como hábitat de muchas especies de plantas y animales, permitiendo conservar la biodiversidad, que a su vez es importante fuente de recursos para los habitantes locales.
El género Polylepis se distribuye a lo largo de la Cordillera de los Andes, desde el norte de Venezuela en el estado de Lara hasta Tarapacá en Chile y Córdoba en la
Argentina. Estos bosques relictos constituyen ecosistemas únicos para estas regiones y son prueba saltante de que antiguamente han cubierto gran parte de la región alta de los Andes. En la Región Ancash, especialmente en el Parque Nacional Huascarán, estos bosques en la actualidad vienen soportando una gran presión por parte de los habitantes de las comunidades campesinas aledañas, ya que constituyen su principal fuente energética. Además del uso del suelo para la actividad agrícola (los habitantes “aperturan” áreas dentro y al borde de los bosques), otra actividad negativa es el sobre pastoreo (ganado ovino, vacuno, caprino y equino), que no permite que el bosque se regenere naturalmente.
Estas actividades desestabilizan el sistema natural y generan un peligroso desequilibrio ecológico que expone a los bosques a su posible exterminación. Esta desaparición
no solo implicaría la pérdida de un gran número de especies de flora, sino que también afectaría a las poblaciones de fauna, especialmente a las aves, las cuales tienen a
estos bosques como lugar de alimentación, descanso y reproducción. Asimismo, es importante el papel que cumplen los bosques en la protección de las cuencas contra
los procesos erosivos y de regulación hídrica.