Resumen
El Santuario Nacional de Calipuy, es un Área Natural Protegida ubicada en el ámbito geográfico del Centro Poblado de Calipuy, comprensión de la Provincia y Distrito de Santiago de Chuco – Departamento de la Libertad, donde se protege algunos de los rodales más densos de Puya raimondii Harms en el Perú,llamado localmente también “cahuas” (Figura 1). El Santuario es administrado por el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (SERNANP), organismo técnico especializado adscrito al Ministerio del Ambiente y cuya labor es asegurar la conservación de la diversidad biológica y contribuir al desarrollo socioeconómico del país. La Puya raimondii Harms es una especie del subgénero Puya, subfamila Pitcairnioideae, familia Bromeliaceae, orden Poales, clase Monocotyledoneae. Fue descubierta por el francés Alcide d`Orbigny en 1830 en la región la Vacas, Cochabamba, Bolivia; posteriormente identificada y nombrada por el naturalista italiano Antonio Raimondi en 1874 como Pourrettia gigantea, y finalmente reclasificada por el alemán Hermann Harms en 1928 como Puya raimondii Harms (Waite, 1978). Los rodales de puya se encuentran distribuidos en nuestro país desde los 3200 a 4800 m.s.n.m. en los departamentos de Puno, Cusco, Apurímac, Junín, Ayacucho, Huancavelica, Lima, Ancash y La Libertad. En el Perú, la Puya raimondii Harms se encuentra protegida desde 1973 por el Decreto Supremo 1014 del Ministerio de Agricultura (Rivera, 1985; Venero y Hostning, 1986). La legislación nacional consideraba a esta especie como amenazada según la Resolución Ministerial Nº 01710-77-AG/DGFF, promulgada el 30 de setiembre de 1977, en donde incluía la Puya raimondii en la categoría de “Especie en vías de extinción”. En la actualidad el Decreto Supremo N° 043-2006-AG promulgada el 13 de julio de 2006 aprueba la categorización de especies amenazadas de flora silvestre donde la Puya raimondii es declarada en peligro (EN). Así mismo, a nivel mundial, la UICN lo considera dentro del listado de su Libro Rojo como especie en peligro de extinción.
Hay que tener en cuenta, que la condición en que se encuentra, no solo afecta a la especie en sí, sino a todo su ecosistema, ya que diversos investigadores plantean que el néctar de esta especie podría constituir un importante recurso para picaflores altoandinos. Su pérdida no solo implicaría un dramático empobrecimiento del hábitat altoandino, incluida la erosión y desertificación de suelos, sino la desaparición de una especie única en el mundo.