Resumen
En los Andes peruanos, el calentamiento de la troposfera media, potenciado por el reciente fuerte El Niño, está destruyendo las señales climáticas preservadas en los campos de hielo y acelerando la retirada de los glaciares. En ninguna parte está mejor documentada la pérdida de los glaciares tropicales y es más importante que en los Andes del Perú. El registro más largo de retirada de glaciares proviene de un estudio de 44 años realizado en el casquete de hielo Quelccaya en el sur de los Andes, que prueba la pérdida de un archivo climático muy importante y la pérdida acelerada de un recurso hídrico que alimenta el río Amazonas y el lago Titicaca. En la Cordillera Blanca, los glaciares por debajo de los 5400 msnm sufren tanto un deshielo estacional como el movimiento del agua de deshielo a través de las capas superiores porosas. Debido a su gran altitud, el nevado Huascarán es uno de los pocos sitios tropicales donde aún se conserva una historia climática prácticamente inalterada, que se extiende hasta la última etapa glacial. Sin embargo, todos los glaciares de Cordillera Blanca documentados por INAIGEM (en prensa) estar en retroceso. Dadas las tasas actuales de calentamiento en los Andes tropicales, solo es cuestión de tiempo para que los registros climáticos del hielo del Huascarán también se pierdan. El retroceso de los glaciares a lo largo de los Andes peruanos está contribuyendo a las crisis emergentes de los recursos hídricos y los peligros ambientales tanto para las poblaciones urbanas como rurales. Aunque actualmente la descarga de la estación seca está aumentando, no se mantendrá así a largo plazo. La mayoría de la población del Perú vive en el desierto de la costa oeste, que depende de los ríos alimentados por los glaciares para la agricultura y los medios de subsistencia. El derretimiento de los glaciares también agrava los peligros geológicos en esta región propensa a terremotos, formando lagunas glaciares con represas de hielo o morrenas, lo que puede dar como resultado estallidos de lagunas e inundaciones y flujos de escombros. Comprender el impacto de esta aceleración de la pérdida de glaciares en los recursos hídricos futuros requiere informaciónsobre los cambios del pasado en el balance de masas de los glaciares de alta elevación.